Existen claros ejemplos en los que la acción del hombre ha convertido un insecto en plaga agrícola, extenderla por todo el mundo, y favorecer su resistencia a los pesticidas. Un claro ejemplo es el del escarabajo de la patata, Leptonotarsa decemlineata, que tenía originariamente un área de distribución restringida a Colorado y México. De hecho, era una especie poco abundante que se alimentaba de solanáceas silvestres. Pero este escarabajo se adaptó a la patata, que era nutritivamente más eficiente. Este cambio generó una gran expansión de su especie. Actualmente puede afectar también a la berenjena y al tomate.
Aunque hubo infestaciones en Europa a finales del siglo XiX, consiguió erradicarse. Sin embargo, durante los años 40 se expandió a partir de las bases militares estadounidenses de Francia, hacia Bélgica, Holanda y España. La plaga está actualmente extendida por todo el mundo.
El escarabajo de la patata es una de las plagas más destructivas y ampliamente distribuidas que afectan al cultivo de la patata. Tanto adultos como larvas se alimentan de las hojas y pueden llegar a eliminar totalmente las plantas. De hecho puede reducir hasta un 50% el rendimiento del cultivo. Y puede contribuir a dispersar varias enfermedades.
Es una plaga de gran fecundidad, pues una hembra puede poner de 500 a 1000 huevos, que depositan en el envés de las hojas.Y tienen de 2 a 4 generaciones anuales. Como se ha tratado siempre con productos químicos existen cepas resistentes a la mayor parte de insecticidas, debido a la gran cantidad de insecticidas usados y la alta tasa de reproducción de la plaga.
Los adultos del escarabajo son el estadío más vulnerable de la plaga, antes de hacer la puesta. Pero normalmente, cuando se ven los adultos éstos ya han efectuado la puesta, por lo que el tratamiento suele hacerse cuando se ven las larvas pequeñas.
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