martes, 19 de septiembre de 2017

TROFOBIOSIS (A perro flaco, todo son pulgas)

Es conocido que los ácaros fitófagos empezaron a ser una plaga de alta importancia económica a partir de la segunda mitad del siglo XX. Este aumento coincide con el desarrollo y comercialización de la industria de los acaricidas. Sería paradójico que los pesticidas destinados a exterminar los ácaros de los cultivos se hubieran convertido en estimuladores de su desarrollo.
¿Es posible que los pesticidas contribuyan a la proliferación de las plagas?
Actualmente sabemos que el uso de pesticidas no sólo elimina a las plagas, sino también a sus depredadores naturales. Y que la aplicación sistemática de herbicidas puede eliminar especies vegetales que son hospederas de esos enemigos naturales de las plagas. Se rompe el equilibrio biológico plaga/depredador y se depende exclusivamente de la acción de los pesticidas.
Y existe una teoría que considera que los agroquímicos en general dificultan a las plantas la absorción de nutrientes, lo cual es importante en varios sentidos.
En 1969 Francis Chaboussou llegó a la conclusión de que una planta sana tiene muy pocas probabilidades de ser atacada por plagas y enfermedades. Y a su teoría la denominó Trofobiosis. Chaboussou consideraba que una planta sólo será atacada por un patógeno cuando su savia contenga el alimento adecuado para estos patógenos, básicamente aminoácidos libres, que no han llegado a formar proteínas por un déficit de enzimas, azúcares solubles y nitratos. Exponiendo la teoría muy genéricamente, en ciertas circunstancias, la planta o una parte de ella, no puede formar proteínas para crecer, y por tanto tienen una savia que es alimento idóneo para las plagas: cuando se produce una deficiencia nutricional en la planta, cuando se altera el metabolismo y el equilibrio bioquímico de los cultivos mediante pesticidas, fungicidas y herbicidas, o cuando se usan en exceso abonos nitrogenados solubles. 
Desde el punto de vista de la Trofobiosis, las plagas y enfermedades son la consecuencia y no la causa del problema. Y, si bien, tal vez no podamos decir que todas las plantas que sufren ataques de plaga sea una planta enferma, si podemos afirmar que una planta con deficiencias nutricionales es más susceptible al ataque de cualquier patógeno. Existen estudios sobre esa relación entre el desequlibrio de la planta y el ataque de plagas. Como es el caso del ataque de Phytophthora en girasol o de Spodoptera frugiperda en el maíz atacan al cultivo con deficiencia de boro, el hongo Puccinia trictici, ataca al trigo si la planta está con deficiencia de boro y cobre, o  Elasmopalpus lignocellus , que ataca al frijol y el maíz cuando el suelo es deficiente en zinc.
Así pues, las plagas y enfermedades de los cultivos también nos pueden dar pistas sobre las dificultades por las que atraviesan las plantas.


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