miércoles, 9 de agosto de 2017

Noticia Plaga de gusano soldado, rosquilla verde o gardama, en 14 mil hectáreas de maíz de riego y temporal en México






Muchos agricultores son conscientes la ajustada rentabilidad del maíz, con unos precios de venta bastante justos. En el cultivo del maíz es imprescindible reducir los costes de producción para tener una rentabilidad adecuada. En una campaña normal, los costes fitosanitarios pueden representar un 5% del coste total (entre 80 y 120 euros/ha), con 2 o 3 aplicaciones por campaña. Los pesticidas suelen ser caros, por lo que es importante asegurar su eficacia y tratar sólo cuando sea necesario.

Para el tratamiento del gusano soldado, Spodoptera exigua, rosquilla verde o gardama, hay que centrarse en destruir las orugas en sus primeros estadios, que es el momento en que son más sensibles a los tratamientos, y estos son más eficientes. Tratamientos tardíos pueden disminuir mucho el rendimiento e incrementar en gran medida el coste en pesticidas.

El gusano soldado puede tener de 3 a 6 generaciones anuales, por lo que su tratamiento temprano es fundamental. Sin embargo, los tratamientos preventivos con pesticidas no son una opción si queremos realizar una agricultura sostenible y un producto sano. Además, se aumenta el gasto en pesticidas y se facilita el desarrollo de resistencias en la plaga al producto químico.

En la gestión de las plagas existen 2 posibilidades para minimizar el riesgo: realizar un monitoreo constante, para determinar la presencia de la plaga y el momento óptimo para realizar el tratamiento, lo cual requiere un conocimiento especializado y mucho tiempo. Algunas plagas son realmente difíciles de detectar en sus primeros estados. Ahora existe la posibilidad de utilizar FuturCrop, que controla las condiciones de desarrollo de las plaga y envía avisos para detectar los primeros síntomas. De este modo es posible conseguir mayor precisión en los monitores y disminuir la frecuencia de los tratamientos, eligiendo el momento adecuado.

El gusano soldado es una de las más de 100 plagas que puede controlar futurcrop.com en cualquier lugar del mundo

martes, 1 de agosto de 2017

Alertas alimentarias en Europa 2017: Restos de cristal, residuos de pesticidas/fungicidas no autorizados, LMR excesivo y toxinas muy peligrosas

En la Unión Europea existe un mecanismo de comunicación de alerta de incidencias denominado RASFF (Rapid Alert System of Food and Feed) (https://ec.europa.eu/food/safety/rasff_en) . Un sistema para comunicar a los miembros de la organización las incidencias alimentarias antes de que causen algún tipo de problema en los ciudadanos.
El sistema recibe información de los controles realizados por las propias compañías productoras europeas, controles fronterizos y controles realizados en los propios mercados. Si es detectado un problema en estos 2 últimos casos, el producto se devuelve al país de origen, o se saca del mercado o se destruye.
En el primer semestre del año 2017, referentes a frutas y verduras, RASFF realizó 280 notificaciones, de las cuales 190 fueron consideradas “serias”.
Tras su análisis, clasificamos las alertas alimentarias referentes a frutas y verduras del siguiente modo:
-      Incidencias, como fragmentos de cristal
-      No mencionar la utilización de agroquímicos en la etiqueta del producto.
-      Residuos de pesticidas o fungicidas superiores a los niveles permitidos.
-      Utilización de pesticidas no autorizados
-      Toxinas en los alimentos
Las incidencias detectadas son indicio en muchas ocasiones de que los productores agrícolas no siempre tienen los mismos criterios que la normativa de los mercados en los cuales venden, bien porque utilizan productos no autorizados en el país de destino, bien porque hacen un uso inadecuado de los mismos.
Los sulfitos son un derivado del azufre usado como conservante, antifúngico, antimicrobiano y antioxidante. Lo podemos encontrar en numerosos productos alimentarios. La normativa europea obliga a etiquetar cualquier alimento que contenga sulfitos en concentraciones superiores a 10 mg/kg o 10 mg/l, y estos productos deben ser declarados con el término sulfito o dióxido de azufre. Hubo 10 alertas por detectar productos que no mencionaban la utilización de sulfitos en la etiqueta. Una partida de ciruelas, detectada, ya en el mercado, tenía una concentración de 1400mg/kg.
El Imazalil es un fungicida muy utilizado. Básicamente usado para la conservación de frutas y hortalizas en postcosecha. Se utiliza para impedir, por ejemplo, el moho de las naranjas y limones. Según la Environmental Protection Agency (EPA) de EE.UU, es un probable carcinógeno humano, disruptor endocrino de categoría 2, y tóxico para organismos acuáticos. Se produjeron 2 alertas, una de ellas a partir de un control en mercado, por concentración de químico en naranjas y limones de Israel.
Tebuconazol es otro fungicida, de aplicación foliar y suelo. La Administración de EE.UU es confusa respecto a su clasificación. Mientras la agencia Food and Drug Administration (FDA) lo considera seguro para humanos, EPA lo clasifica como possible cancerígeno. Debido a los potenciales efectos como disruptor endocrino, la autoridad supervisora suiza, dependiente del Ministerio de medioambiente, (KEMI) aconsejó suprimir su autorización, lo cual se hizo por una regulación de la UE 1107/2009. Durante el año 2017 se realizaron 8 alertas de pimientos provenientes de Turquía.
El carbofurano es uno de los pesticidas de carbamato más tóxicos. Es un insecticida sistémico, lo que significa que la planta lo absorbe mediante las raíces.  El uso del Carbofurano se ha incrementado en el tratamiento contra los áfidos de la soja. Está autorizado en EEUU, pero prohibido en Canadá y la Unión Europea. El carbofurano es uno de los pesticidas más tóxico para la salud humana, y muy contaminante para el medio ambiente.  Durante el primer semestre del año 2017 se comunicaron 5 alertas porque se había detectado este pesticida en berenjenas y bayas de goji. 3 de las alertas se realizaron por incidencias en controles cuando el producto ya estaba en el mercado.
Clorpirifós es un pesticida organofosforado, que colapsa el sistema nervioso del insecto. Se utiliza en agricultura y jardinería como pesticida no sistémico, que actúa por contacto e ingestion. Se utiliza desde 1965 y llegó a ser uno de los plaguicidas domesticos más utilizados de EE.UU. Se restringió su uso domestico, pero sigue siendo ampliamente ulizado en la agricultura. Desde agosto de 2008 está prohibido su uso ambiental y en la industria alimentaria. Su uso ha quedado limitado a la agricultura y a jardines. En 1995, Dow fue multado en EE.UU. con 732.000 dólares por no comunicar a EPA 249 casos de intoxicación por uno de sus productos fabricados con clorpirifós. En 2003 la compañía acordó pagar $ 2 millones, en respuesta a una demanda presentada por el Fiscal General de Nueva York para poner fin a la publicidad del producto como "seguro".
Durante 2017 RASFF alertó de residuos más altos que lo que establece la normativa europea en 28 casos de productos importados de Turquía, Egipto, Chile, Perú e India. Las alertas se referían a alcachofas, tomates, uva, mango, manzana, lechuga, pimiento, melocotón y limon.
Respecto a las toxinas, RASFF alertó de la detección de toxinas en los alimentos: aflatoxinas (23 alertas corresponden a higos secos provenientes de Turquía), ocratoxina, (6 alertas, corresponden a higos secos y ciruelas pasas provenientes de Turquía, España y Uzbekistan). O la detección en 2 ocasiones de Listeria, bacteria causante de infecciones alimentarias muy agresivas.
En el ámbito del comercio global de alimentos y materias primas, la regulación de cada país puede tener efectos en la fase de producción, pero es muy difícil de controlar en la fase de consumo.
Finalmente, extraer el primer párrafo del Disclamer del portal RASFF:
“The Commission publishes a searchable online database of RASFF notifications classified as alert, information notification or border rejection as part of its RASFF Portal. As it is necessary to strike the balance between openness and the protection of commercial information, the trade names and the identity of individual companies are not published. This is not detrimental to consumer protection, as a RASFF notification implies that all required measures have been or are in the process of being taken.”
Dicha cláusula de no comunicación del nombre de las empresas implicadas en alertas de consumo de alimentos no se aplica en otros ámbitos comerciales, fabricantes europeos, en los que incluso se penaliza a las empresas que incumplen la normativa.